El pasado día 12 de marzo, Ángel Sánchez un gerundense de Cistelles, inicio el camino Mozárabe, desde la finca de Cabacci Andalucía en San José (Almería), dedicada a las rutas a caballo, donde su gerente Antonio Martínez actuó como anfitrión. En la última comunicación Ángel había llegado a Huebro, pueblo natal de sus padres.
Mi última comunicación acabó en Huebro, pueblo natal de mis padres, de allí seguí itinerario con mis tres monturas: Ray, mi caballo PRE castaño, mi pío Rebeca, que voy alternando con Ray, y mi mulo Rodolfo, animal que nadie quería y su destino era el matadero, pero yo, con mucha paciencia y amor, conseguí integrarle con mis caballos y, en la actualidad, es mi fiel escudero, cómo Rocinante y don Quijote. Sin olvidar a mi perrete Rafael, un border collie, que me acompaña en mis mejores y peores momentos.
Quiero comentar que, en general, no somos bien recibidos allí por donde pasamos, ya no se acuerdan de que antaño los equinos eran el medio de transporte. Ahora parece que ven al diablo, con comentarios de las adminitraciones de los ayuntamientos del tipo: "y donde van a pasar la noche, a ver si vamos a tener problemas con usted, no puede dormir en el albergue..." Afortunadamente siempre hay gente particular, cómo el caso de "Luis el señorico", que me cedió su finca en el término de Alboloduy.
Pude hablar con la presidenta del camino Mozárabe, Mercedes, que me puso al corriente del itinerario y de lo precario que es en el tema equino. Algo inadmisible. Buscamos lo ecológico, pero rechazamos lo que antiguamente era nuestro medio de locomoción, ya que estos caminos se realizaban a lomos de equinos.
En estos siete días he recorrido 150 kilómetros y hemos descansado un día. Mis animales están perfectos, yo no he tenido tanta fortuna, ya que mi trasero ha dado señales de estos días tan fatigosos y de tanta calor.
De las jornadas en la zona desértica de Almería, cómo Tabernas y Pechina, destaco mi encuentro con Úrsula y sus siete camellos. Yo alucinaba, creía que estába en Marruecos con mi asociación los cowboys, pero no, era Almería. Me contó que organizaba escursiones y actividades con sus camellos.
Entre Alboloduy y Ocaña, viví una situación crítica. El sendero se fue estrechando y llegó un momento en el que no podía dar la vuelta, era imposible, teniendo que afrontar situaciones muy técnicas, afortunadamente mis equinos supieron estar a la altura, desde aquí desaconsejo dicho tramo.
El único ayuntamiento que respondió a mis peticiones de alojamiento fue el de Ocaña con su Alcaldesa, Virtudes, que se puso a mi disposición, y desde aquí aplaudo su actitud. Hoy domingo día 19, sigo la estela de los moriscos hacia Hueneja, os tendré informados.
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