El pasado sábado, día 25 de marzo, Ángel Sánchez llegó a Granada, tierra musulmana, nazarí y morisca. Tras descansar y tapear el domingo, el lunes partió hacia Pinos Puente. Atravesar Granada fue un calvario, ya que el camino Mozárabe, no está adaptado a los equinos.
Mi única opción, la menos arriesgada, era el carril bus, algún que otro conductor me piropeo con frases como" vaya cohones que tienes". Consigo salir intacto del núcleo urbano y llegó a Pinos Puente, que fue núcleo Ibero, ciudad romana y musulmana. Monto mi tienda a los pies de Sierra Elvira.
Sigo el camino Mozárabe hacia Olivares, municipio de Moclín, donde Paco Gato, me acoge en su casa rural y, para mis caballos, forraje y pienso, todo un lujo, ya que estos días apenas he encontrado pasto debido a la falta de lluvias. Al partir, Paco Gato me da una medalla de un santo, para bendecir mi travesía. Cómo información, os diré, que cada día mis equinos se van turnando la carga y, asi, cada día uno de los tres descansa.
Mi siguiente objetivo me dirige a Alcalá la Real, también musulmana, que Alfonso XIII de Castilla la conquistó sobre el 1341. Encuentro aposento en casa de Marisa, donde sus instalaciones son fantásticas y por solo 20€ pase la noche.
Debo decir que en todo el camino Mozárabe no hay nada previsto para caballos, ni padok y mucho menos una cuadra donde alojar a los caballos, todos los días. Tengo que ir mendigando a los ayuntamientos y alcaldes, donde poder alojarlos.
De Alcalá la Real me dirijo a Alcaudete donde su castillo, que está en un cerro, fue del rey Fernando II el Santo. Destaca también la iglesia der Santa María, del siglo XVI. Aquí tengo más suerte, ya que Carmelo "el chocolate" me suministra hierba y forraje y puedo dormir en un guardarnes de la finca que está a los pies de la sierra Ahillos
Ya llevo 21 días de ruta y tanto yo como mis caballos Ray Pre, mi mulo Rodolfo y mi yegua Rebeca estamos perfectos.
Continuamos camino hacia Baena, nombre que procede del Árabe, Bayyana. En el siglo VII los invasores árabes bereberes escogieron Baena cómo lugar de asentamiento. Al llegar me vi inmerso en una de sus procesiones de no se qué santo, que hacía años que no veía.
Ya es domingo día 2 de abril y me dirijo de Baena a Castro del Río,donde su alcalde no tiene ningún interés en ayudarme a encontrar dónde dejar mis caballos. Gracias a mi ingenio y don de buena gente consigo que un lugareño me ceda su finca con comida abundante para los équidos. Yo, en el albergue, consigo recuperar fuerzas.
Al día siguiente al montar las maletas, me doy cuenta que una varilla de hierro está rota. Tras buscar un herrero, y soldarlo, inicio la marcha, hacia Córdoba. En medio camino, pierde mi yegua una herradura, que no consigo encontrar, y al no llevar una de repuesto, me pongo en contacto con la escuela de herradores de Manuel de la Rosa, que accede a esperarme en el barrio distrito Sur y me pone herraduras nuevas ,tras una comida copiosa con Manuel y sus alumnos, continuo camino,.........
¡Hasta la próxima!
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