Dejamos a Luis Miguel Molina en Villarente del Puente, donde pasó un par de días y le encontramos en Mahamud, a unos 40 kilómetros de Covarrubias, donde hará escala. El río de peregrinos y “turistas”, siempre en sentido contrario, le llevó a abandonar el Camino que le llevaba a Burgos.
En Ho
rnillos del Camino trazó una línea recta hacia Covarrubias. “Está todo lleno de gente, los restaurante
y
albergues a tope y no es cómodo cruzarte continuamente con gente que te hace fotos y te dice “buen Camino”.
Desde Villarente del Puente, Luis Miguel pasó por Burgo Ranero, Sahagún de Campos, Carrión de los Condes, Castrojeriz y Hornillos de Campos, donde hizo la colada antes de desviarse para tomar rumbo directo a Covarrubias, dirección a Mahamud, huyendo de la marea humana de peregrinos y turistas, “Tanta gente te distrae, no te deja pensar, ni disfrutar…”, comenta. Llegó a Mahamud después de dar un buen rodeo, de casi 40 kilómetros, “pregunté a un paisano y me mandó por un camino que casi acababa en el punto de partida”. En Mahamud ha pasado la noche a cubierto en una pequeña bodega. Él dentro y Esparta fuera, donde había excelente pasto.
En Castrojeriz Luis Miguel se encontró con una viejas conocidas, Constanza y Carlota, de Caballos del Arlanza, que venían a caballo desde Roncesvalles con dos clientes, una inglesa y una australiana. Cenaron juntos y esa noche durmió en el Hostal. “Me contaron que están haciendo el Camino por semanas y que en la última etapa llegarán con un grupo de 14 caballos a Santiago. En esta ruta, pararán en Burgo de Osma y volverán a Covarrubias”. Le contó Constanza que había estado en el entierro de un amigo común, que se había caído del caballo sin llevar casco y que se mató. “Había que concienciar a la gente de que hay que llevar casco. Ya sé que yo no lo llevo, pero conozco bien al animal que llevo y cómo monto y quizá empiece a usarlo”.
Caballos del Arlanza gestiona 10 alojamientos para caballos que hay en el Camino a su paso por Castilla y León. Algunos se han vandalizado y la idea es arreglarlos y ponerles en funcionamiento de nuevo al cien por cien. “Yo he usado alguno, porque estaban abiertos y no todos están rotos”.
Ayer y hoy le toca ola de calor “vamos a tener 27 grados, la gente se queja del agua. Pero Esparta no tiene problema de pasto y disfruta comiendo la alfalfa salvaje que crece en los arcenes. Hay más pasto por los caminos que por las fincas”, comenta. “Esta zona es muy guapa, y los pueblitos están llenos de iglesias románicas y góticas”.
El destino inmediato es Covarrubias, donde parará dos o tres días para descansar y reparar equipo. “Llevamos sin parar desde Villarente y hay cosas que tengo que arreglar, porque con el uso se rompen. Allí hay cuadras y pienso”.
Hasta ahora lleva más de 300 kilómetros largos.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.156