Hacia la ciudad de oro y del agua

Desde Santa marta vamos a Mombuey. Nuestro objetivo es Puebla de Sanabria. Estos días los amaneceres son muy fríos, pero que mis equinos agradecen. Pasamos por el embalse de Cernadilla, en Entrepeñas.

Tras hacer una pausa de dos días, para recuperar fuerzas, en una cabaña a las afueras de Puebla de Sanabria nos vamos hacia Lubian. Como sabeis, hace algunos días que me acompaña Florence, una amiga Suiza, socia de los Cowboys de la Seva, que me ayuda en todo. Una mujer super competente. Marchamos hacia Agudiña, abandonando Castilla y León para adentramos en Galicia, donde sus aldeanos son gente muy amable y te ayudan en lo que pueden.

En este tramo,  perdió una herradura uno de los caballos y no conseguí encontrarla, os aconsejo que llevéis de recambio. En mi caso, al llevar tres equinos y por tema de peso, decidí no llevar. Si me traje una bota, para estos casos que, tras pasar un río, también perdí, lo que provocó una parada técnica de un día en Agudiña, donde vino un herrero de Ourense a poner la herradura. 

Resuelto el problema, partimos hacia  Campobecerros, pueblo semi abandonado, pero con unos vecinos super amables, hicimos noche en Alberguería y de allí a Xunqueira de Ambas.  

Hacemos noche a las puertas de Ourense, ciudad del agua. Ocho puentes la comunican por donde pasa el río Miño que, en tiempo de los romanos, era una mina de oro. Ahora no hay oro, pero si unas aguas termales muy valiosas, y algunas son gratuitas. Al día siguiente la atravesamos la ciudad y dejamos los caballos pastando a orillas del río Miño. Tras cenar un pulpo muy rico, al volver, nos encontramos con unos coches de la  policía municipal. Alguien les avisó de que había unos caballos sueltos. Pensé que esa noche la pasaríamos en el calabozo, pero no. Tras explicarles mi travesía, se limitaron a acordonar la zona con cinta, deseándome buen camino.

Desde Ourense nos dirigimos a Cea, donde en el albergue municipal, Roberto, nos atiende como si fuéramos su familia ¡Garcias Roberto!  

El sábado, que cumplía 69 días desde mi salida de Almería,  dejando atrás más de 1.500 kilómetros, multitud de experiencias y amigos maravillosos, tomamos camino hacia Castro Dozón. En próxima comunicación estaremos en Santiago de Compostela. Os sigo contando ...