San Isidro al amor de las brasas

Sus planes eran tomar el Camino Olvidado, el de los Castellanos, que viene de Bilbao, y meterse por la montaña palentina. “Llevo lo justo y el mal tiempo en medio del monte no es un buen plan”.

Luis Miguel pasó un par de días con solo dos naranjas entre Guadalajara y Soria. “No había ningún bar ni lugar donde compra comida y menos mal que siempre hay alguien que te ofrece un bocadillo y una cerveza”.

En Burgo de Osma la cosa cambio. Se encontró con un tipo a caballo a la entrada y resultó que era un panadero muy celebrado en la zona,  Panadería Manrique “No sólo me resolvió el alojamiento de la yegua, también me llenó provisiones, un magnífico chorizo, morcillas, queso …”.

El viajero celebró por partida doble San Isidro, uno y otro día y, en Covarrubias uno de ellos. “Allí la gente hace hogueras con sarmientos y prepara sus parrilladas en medio de la calle. Una fiesta estupenda”.  

Vio a otro santo, esta vez en andas, en un pueblito por donde pasó. “Le habían sacado de paseo para pedir que vinieran las lluvias.  Estaba todo seco y apenas había pasto”. En Covarrubias descansaron, yegua y jinete, un par de días y aprovechó para cambiar las herraduras de Esparta.

Luis Miguel decidirá el camino a seguir cuando llegue a Fromista. O bien sube por Osorno hacia Cabezón de la Sal o sigue por el Camino hasta Mansilla de las Mulas y, desde allí, tirar por el norte hacia Asturias. “Será la meteo quien decida”. Al final serán casi 2.000 kilómetros de recorrido.

Comenta que “venir por aquí es estar en casa. He pasado ya varias veces y, aunque vaya variando el recorrido, la gente te conoce y te ayuda. Da gusto. Cada viaje es distinto, nada es igual, y eso forma parte del encanto. Ahora empieza a haber más pasto y eso ayuda. Si lloviera suave y de seguido unos pocos días se salvarían las cosechas”. Los tramos que recorre del Camino de Santiago están a tope y a las 12 de la mañana ya no hay plazas en los alberges. "Mucha gente -dice- ha optado por la tienda de campaña”.