Dejamos a Gonzalo Osorio en el paraíso, en el pantano de Landa, Vitoria, disfrutando uno de los mejores momentos de su viaje, después de pasar uno de los peores: en mitad de una campa, en medio del monte, su yegua Senda había sentido la “llamada de la selva” y quiso irse con una manada de caballos que pastaba por la zona. “Una noche interminable de galopadas, relinchos, golpes…”. Ahora les encontramos en Hornillo de Burgos, ya de vuelta a casa por el Camino de Santiago, después de haber pisado Francia.
“No había llovido hasta el viernes, que nos calló una tormenta terrible, aunque duró poco”. Desde Burgos, Gonzalo va en compañía de otro viajero a caballo, un francés, de 65 años, que salió, desde Lourdes, dirección Santiago para luego volver a casa. Igual que Gonzalo, va sólo con un caballo. “Coincidimos en Burgos y me dijo que había seguido las cacas de mi yegua para encontrarme. Yo sabía ya de él, porque me habían comentado que por detrás venía otra persona a caballo”.
La idea es seguir juntos hasta Galicia, donde Gonzalo se desviará hacia Palas de Rey, el punto de salida y el francés llegará a Santiago, para volver luego a casa. “Hemos unido fuerzas y es una maravilla ir juntos. Los caballos están infinitamente mejor, se han hermando y están mucho más tranquilos”.
Gonzalo recuerda que esa noche apenas durmió y que al día siguiente “estaba mentalmente muy cabreado y eso se va retroalimentando con el animal. Y cuanto más tonto estás tú, más tonterías hace la yegua”. Tras la buena experiencia de Landa, Gonzalo llegó la Hípica Lazkaomendi, en Zaldibia. Allí decido cambiar de intinerario. "El que me había dibujado Martín, de Trankoz Tranko, me llevaba a Irún para luego conectar con la transpirenaica, para ir a Roncesvalles, de nuevo con mucha montaña y veía que la montaña me estaba ganado la partida. Entonces me dije, me voy a Lecumberri, que era la siguiente etapa de Martín, ya en Navarra y desde allí, engancho el Camino de Santiago. Tampoco quería meterme en julio a caballo. Ir a Irún no era fácil, aunque sabía que Martín lo había hecho, pero luego la transpirenaica podría ser de tralla. No sabía qué me podía encontrar allí y además no tenía referencia de nadie que la hubiera hecho".
Otra piedra en el camino
Antes de conectar con el camino francés vivió otro día épico. “Para llegar a Zubiri estudié varias opciones de recorrido y elegí el que tenía menos carretera”. Tenía unas ganas locas de llegar al Camino de Santiago porque era como estar en casa, en él todo iba a ser más tranquilo y seguro. Pero antes le tocaría sufrir un poco. “Cuando estaba a una hora de Zubiri, subiendo por un monte, me encuentro el bosque totalmente destrozado. Paso unos matojos y veo como un par de pinos cortan el paso del camino a media ladera. Ate la yegua y me tiré más de una hora buscando alternativas, algún sendero, aunque no estuviese marcado… y nada.
Traté de mantener la calma, pero el tiempo seguía corriendo en mi contra y dar la vuelta suponía perder tres días. Hoy sigo sin poder creer lo que hice. Cogí un hacha pequeña que llevo y me puse a cortar uno de pinos con un grosor como mi muslo. El otro pino me permitía pasar por debajo pero probablemente a mi yegua no. Es muy terca y cuando no tiene claro algo se niega pasar. Yo creo que me vio una hora cortando el pino, me lo quiso poner fácil, y pasó sin dudarlo. En la siguiente media seguimos superando obstáculos de locos que, la yegua, en situación normal, nunca hubiera pasado y los pasó. Hubo otro momento que fue una locura, con un pino gigantesco tapando de nuevo el camino y sin paso por ningún lado porque el bosque era densísimo, lleno de zarzas, de plantas colgantes. Yo me tapaba con el sombrero e iba mirando al suelo para no pincharme. Tire para delante y fue increíble. No me podía creer que la yegua me siguiese ahí, pasase lo que pasase. Finalmente llegamos a Zubiri, totalmente feliz, ya de peregrino, donde estuve hablando con unas chicas americanas y me sentí como dios. Con todo lo pasado, estoy más orgullos de la yegua que nunca ¡Fue la leche!".
¿Reconciliado con la yegua? “Sí, bueno, es que ni siquiera diría que reconciliado. Cuando hablamos la última vez estaba cabreado por lo mal que lo había pasado con ella. Ahora es tan fácil el camino que todo es estupendo con ella. Es súper fácil llevarse bien con ella. Lo difícil es cuando hay momentos duros, momentos difíciles. Ahora es que es facilísimo, todo es fenomenal”.
Desde Zubiri, Gonzalo subió por el Camino de Santiago hasta Valcarlos “que ya te mete por Francia. Yo quería simplemente pisar el lado francés. Iba a ir a Saint Jean Pied de Port, pero vinieron mis padres a visitarme unos días, y como no había donde ir en Saint Jean nos quedamos en Valcarlos, descansando cuatro días y ya de vuelta”.
En el retorno hasta ahora ha pasado en dos hípicas, en el resto vivaqueado y a veces pasando la noche en albergues. Hay alberques en todas partes, "en cualquier pueblo, por pequeños que sea, encuentras un albergue. Hay mucha gente en el camino. En el pueblo donde estoy ahora hay tres albergues y ayer estaban todos llenos”.
Gonzalo comenta que llegar al Camino le ha supuesto un cambio radical. “La diferencia es abismal, es como estar de vacaciones. Es todo llanito, no tengo que mirar el mapa nunca y hay comida en todos lados. He aligerado muchísimo la carga. Ya no llevo comida, llevo menos ropa y menos material. Vamos tranquilísimos y disfrutó mucho. Cuando necesito comer u otra cosa paro en algún pueblo”.
En esta nueva experiencia, Gonzalo reconoce que “no estoy viendo cosas tan guapas como antes. Ahora todo se suaviza, lo bueno y lo malo, y lo malo. Lo malo, malo, prácticamente ha desaparecido. Estoy disfrutando un montón, pero cuando vas por sitios difíciles y lo pasas mal, luego lo compensas con momentos increíbles. Con Senda todo va perfecto, no hay literalmente ningún problema. Ahora, cuando la veo con el otro caballo, me doy cuenta de que es un pedazo de bicho, que va sobradísima. Juntos están super felices y tranquilos.
Gonzalo termina diciendo que quiere repetir la experiencia, menos extrema, más preparado y menos a la brava. “Por supuesto que quiero repetir. Seguro que repetiré”.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.156