El próximo martes 28 de noviembre se espera la llegada al monte público de Villanueva de Alcorón (Guadalajara) de un grupo de 19 caballos de Przewalski, que se considera la única especie de caballo salvaje que queda en el mundo.
Estos caballos se unirán a un grupo más pequeño de nueve ejemplares que llegó en el mes de mayo y que se ha adaptado muy bien al territorio. Todos ellos van a pasar las próximas semanas en un área cercada de 40 hectáreas y, una vez completado el periodo de adaptación de los animales que llegan ahora, se levantará el cercado y lo manada se moverá en libertad por una zona de 5.700 hectáreas. Los caballos de Przewalski son una especie amenazada y su presencia en Villanueva de Alcorón será un hito para su conservación y la renaturalización del territorio. También será un valioso recurso para el turismo de naturaleza, la educación ambiental y la visibilidad en positivo del territorio. Una excelente iniciativa.
El caballo de Przewalski, caballo salvaje mongol o takhi (Equus ferus przewalskii) es una subespecie única de caballo asilvestrada a partir de animales domesticados en Asia central por la cultura Botai hace más de 5000 años. Casi se extinguió a mediados del siglo XX, pero por suerte fue salvado de la desaparición por algunos naturalistas, a partir de un centenar de ejemplares que sobrevivían en cautividad en zoológicos y colecciones privadas a principios de los noventa. Su estado actual es crítico, reducido a unas pocas manadas que viven en el Parque Nacional Hustai del suroeste de Mongolia, el Parque Nacional Kalamery de China y varios ejemplares más en parques zoológicos y reservas. La población total es de unos 1000 ejemplares en todo el mundo. Durante el Pleistoceno, los ancestros del Przewalski estaban difundidos por gran parte de Asia, mientras que en Europa convivían con otra especie muy similar, el tarpán (Equus ferus ferus), que se extinguió en el siglo XIX. Existen numerosas representaciones de esta subespecie en el arte paleolítico que encontramos en cuevas, abrigos y al aire libre en países como Portugal, Francia o España.
También en Atapuerca
En 2013, llegarón a Salgüero de Juarros, antiguo cazadero del hombre de Atapuerca, dos caballos de Przewalski, especie en la lista roja de animales en peligro de extinción de la UICN. Eran la pareja fundacional del plan 'Paleolítico Vivo' , que introducirá en varios miles de hectáreas del entorno de Atapuerca sucesivas manadas de grandes herbívoros salvajes, como bisontes y recreaciones de uros, hasta completar una representación viva de la fauna primigenia europea. En febrero de ese año visitó la zona la etóloga Claudia Feh, una de las responsables del programa de cría del caballo de Przewalski en el mundo, y declaró: «Las rasas de Juarros y Urrez son idóneas para conformar una de las manadas más grandes del planeta, con unos 200 caballos. El hábitat es perfecto y la adaptación fue sencilla dado que la vegetación es muy parecida a la del lugar donde quedaron los últimos ejemplares vivos, en las estepas de Mongolia».
Con los Przewalski llegaron tambien 14 ejemplares de caballos Konik, una variedad del Tarpán, recreación del extinguido encebro, caballo salvaje ibérico, dentro del plan 'Paleolítico Vivo', que promueve un modelo de desarrollo multifuncional para optimizar los recursos del medio rural con grandes herbívoros salvajes. Los ejemplares fueron cedidos a la asociación española 'Paleolítico Vivo' por el Parque de Lelystad y la Asociación Conservacionista ARK Nature de Holanda.
El tarpán (Equus ferus ferus), también conocido como caballo salvaje euroasiático, es una subespecie extinta de caballo salvaje, considerada el antepasado de los caballos domésticos (Equus ferus caballus). El tarpán habitó en Europa y Asia, y el último ejemplar murió en el zoológico de Moscú en 1875. A partir de la década de 1930, y a través de la cría selectiva, se hicieron varios intentos para desarrollar algunas razas de caballos parecidos al tarpán. Las razas que dieron como resultado incluyeron el caballo de Heck, el Hegardt o caballo de Stroebel, y una derivación de la raza Konik, todos los cuales tienen una apariencia primitiva, sobre todo en el color del pelaje. El konik es la variedad que vive en la reserva de Atapueeca. Se trata de un caballo bastante longevo, frugal y resistente, muy próximo al tarpán. Durante el siglo XX, la raza ha sido objeto de diversos métodos de cría que buscaban potenciar las características de su antepasado extinto y obtener así una "reproducción" de éste que pudiera ser liberada luego en áreas protegidas para que cubriese el nicho ecológico que dejó vacante el tarpán.
Vivir el Paleolítico
Paleolítico Vivo es una iniciativa privada dirigida por un equipo de biólogos, naturalistas y científicos cuyo objetivo principal es el fomento y la conservación de la naturaleza, las especies amenazadas y su equilibrio con el hombre, dentro de la defensa y estudio de los ecosistemas. Asimismo, analiza la relación existente entre el hombre, sus actividades pasadas, presentes y futuras y el medio natural en el que se desenvuelven y al que afectan.
En Paleolítico Vivo el visitante tiene la oportunidad de vivir una experiencia concebida como una Inmersión Total en la Prehistoria, en la contemplación de los paisajes y su fauna, adentrándose en el día a día de los habitantes de la Prehistoria, realizando sus actividades y aprendiendo sus técnicas de caza y modos de vida.
La reserva está vinculada a un proyecto de reintroducción de bisontes y caballos en peligro de extinción en el entorno de Atapuerca (Burgos). Permite al visitante ver y conocer cómo eran algunos de los animales que vivieron en Europa hace 10.000 años en un entorno con una riqueza natural extraordinaria. También posibilita acercarnos a la Prehistoria, no sólo a través de sus fósiles o sus réplicas, sino además, directamente por medio de los protagonistas de aquellos ecosistemas del Paleolítico Superior.
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