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Miércoles, 22 de Octubre de 2025

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José Luis y Desafío, un centauro que viajó dirección a Santiago de Compostela

Redacción 2 Viernes, 15 de Diciembre de 2023 Tiempo de lectura:

Deseo y Desafío, los nombres de sus caballos, son un reflejo de la manera de entender la relación con los caballos de José Luis Peinado. Deseo fue su primer caballo. El segundo llegó hace unos años y fue un desafío para volver a los caminos. Hoy, caballo y jinete se han hibridado en un centauro que viajó dirección a Santiago de Compostela, “al ritmo que marque el camino”.

[Img #5046]Desafío y José Luis se cuidan mutuamente. “Para mí lo primero es el caballo”. Por eso fueron ajustando la longitud de las jornadas a su dificultad. Desafío -22 años es un caballo español bien formado, tordo picazo, entero, de talla media, muy fuerte, funcional y con un gran corazón que le lleva a no rendirse.

“Los morfológicos, sin ánimo de ofender a nadie y con el máximo respeto, -comenta- han mermado la funcionalidad del caballo español, al reducir los isquiones, disminuyendo la potencia de los posteriores. El caballo español es muy apreciado desde la antigüedad por su belleza, fortaleza, equilibrio y carácter y admirado por todos los pueblos y civilizaciones que han pasado por esta piel de toro que hoy es España. El portugués, es un caballo español que ha mantenido esas características antiguas por las que fue tan apreciado”.

[Img #5043]José Luis insiste en lo inapropiado de denominarle lusitano. “La Lusitania ocupaba una tercera parte de la península Ibérica, que incluía Zamora, Salamanca y Extremadura, que tenía como capital lo que hoy es Mérida” y remite  al libro “El Caballo de Miura y la verdadera historia del caballo de pura raza española”, escrito por Guillermo García Palma, veterinario, amigo y soporte de José Luis.

Nacido en Utiel, Valencia, José Luis comenzó a montar cuando era niño los machos de sus abuelos y desde entonces mantiene la afición. Montó en pista y ha hecho muchas rutas y viajes, las dos últimas, el año pasado y el anterior, siguiendo la Ruta de la Vía de la Plata, desde el Rocio a Santiago y Finisterre. Para él hay dos formas de montar “bien o mal” y mete en la conversación a Pedro Fernández de Andrada, autor del “Libro de la Gineta en España”, referencia de la mejor equitación desde el siglo XVI. “Andrada decía que la boca del caballo nos habla, y que si se prestas atención acabas entendiéndole. A partir de ahí te enseña muchas cosas, que yo trato de aprender en estos viajes. De esta manera, Desafío y yo nos hemos convertido en un centauro”.

El viajero insiste en las cualidades del caballo español, tanto físicas como psicológicas. “Los numantinos ya montaban a la gineta caballos losinos, una raza autóctona de lo que hoy es Castilla y León, y fueron un verdadero azote para los romanos. Los jinetes eran apenas 80, pero no podían con ellos”. José Luis afirma que sin el caballo no habríamos llegado donde estamos. “El caballo impulsó el progreso y no debemos olvidarlo. Isabel la Católica permitió llevar caballos a América y mira lo que pasó. El caballo lipizzano es un caballo de origen español criado en Austria”.

[Img #5055]Compró Desafío en 2019. Su primer caballo, Deseo, se tuvo que retirar en una finca ganadera por una lesión. “Yo creí que nunca llegaría a tener caballo propio. A mí me gustaba muchísimo y alquilaba caballos y tenía un deseo enorme de tener un caballo. Llegó el momento en el que lo pude tener y por eso le llamé Deseo”. Tras la lesión de Deseo dejó de montar muchos años. Volvió poco a poco haciendo rutas alquilando caballos y “un buen día le dije a mi amigo y veterinario Fernando Blas, de Valencia, que si veía algún caballo interesante para mi edad me lo dijera.  Y así llego Desafío”. Con él empezó a hacer rutas largas, desde Valencia a Santiago de Compostela, la Ruta de la Vía de Plata y ahora desde León por el Camino Lebaniego hasta San Vicente de la Barquera. Desde allí hasta Villaviciosa por el Camino del Norte y, luego, por el Camino Primitivo hasta Santiago de Compostela. 

[Img #5053]“Yo quería hacer el Camino del Salvador, pero era una fantasía. En la vida hay tres variables: los sueños, la realidad y la posibilidad, que hay que conjugar.  En León, a través de una amiga, Sarai conecté con José Luis Sevillano y su mujer Rosa, que conocían bien la zona y me dijeron que era un camino duro, complicado y peligroso para hacerlo solo”. Tras considerar diferentes opciones, optó por el Camino Lebaniego, que resultó espectacular porque se cruzan los Picos de Europa. “La verdad que es una gozada cuando llegas, pero creo que no hay ninguna cosa más bonita que otra, solo la ignorancia o la mala fe llevan a considerar que una zona es mejor que otra. Todo tiene su belleza.  Hay etapas muy monótonas que para mí son místicas, porque favorecen la reflexión y el encuentro con uno mismo. Y hay otras donde te abres al exterior, y cuando pasas de Portilla de la Reina al puerto de Pandetrave, a 1700 metros de altitud, se te pasa el cansancio al ver esa belleza”. 

[Img #5045]A José Luis le gusta viajar solo y con lo justo y va a salto de mata con un programa abierto. Suele dormir en albergues u hoteles y come en los pueblos o compra la comida según pasa. A veces hace vivac. “Yo ando mucho junto al caballo, para que descanse y para moverme también. Normalmente trazamos la ruta preguntando a los paisanos, y será el perfil de la etapa y nuestra condición física los que manden. Aplico aquello de sube la montaña como un anciano y llegarás a la cima como un chiquillo”.

[Img #5059]Desde el inicio del viaje, Desafío copntó con el apoyo veterinario de Fernando BlasMiguel CantóGerardo Rojo, y José María Velilla, los cuatro de Valencia; de Guillermo García Palma, de Málaga; Javier Bermejo Pérez, de Casar de Cáceres y de otro veterinario de Valladolid, Manolo Gutiérrez. Cuando lo compró, Desafío tenía sus vicios y fue reeducado gracias al “gran maestro” José Manuel Sales Pons, conocido como “el cura”. 

[Img #5054]En Potes, en Cantabria conoció a Nacho García y Andrea Aramburu, una pareja de referencia del turismo ecuestre en la zona. “Nacho estaba herrando unos caballos cuando me crucé con él.  Al comentarle por donde quería ir, me dijo que lo iba a pasar muy mal. Sin pensarlo, dejó lo que estaba haciendo y me acompañó durante dos días por unos caminos más apropiados para el caballo y para mí”. 

En sus viajes, José Luis ha podido comprobar que hay más gente buena que mala “lo que pasa es que los malos hacen mucho ruido y, últimamente, están muy bien pagados”. Entre la buena gente está Luis Miguel Molina Morchón, un viajero a caballo de raza, que le acompañó durante tres días y le dio soporte logístico a lo largo del Camino Primitivo. Su ayuda fue decisiva cuando Desafío empezó a mostrar los primeros síntomas de que algo no iba bien.  

[Img #5052]José Luis se encontraba en el Albergue Marqués, en Berducedo, Asturias, situado en medio del Camino Primitivo y gestionado por el matrimonio formado por Damaris y Borja. “Nos trataron estupendamente, al caballo y a mí. Son una pareja estupenda y muy emprendedora. Fue allí donde me di cuenta de que el caballo no se encontraba demasiado bien. Una veterinaria de campo, Belén Menéndez,  acertó en el diagnóstico y le empezó a tratar de piroplasmosis. Desde Berducedo José Luis llevó a Desafío a Lugo en el van de Cándido Cabana, un herrero de la zona amigo de Luis Miguel Molina. Allí, otra veterinaria interrumpió el tratamiento y casi acaba con Desafío. Hubo que trasladarle a La Coruña con la ayuda de Andrés Trotiño y realizar una transfusión de sangre a vida o muerte. Una vez mejorado retomamos el tratamiento que inició Belén, con el beneplácito del equipo de los amigos veterinarios. [Img #5058]

[Img #5047]Desafío recuperó fuerzas en la hípica de Manolo Pose, en Arteixo, en la Coruña. Tras comprobar que el caballo empezaba a recuperarse, Manolo llevó a caballo y jinete a Palas del Rey, donde retomaron el camino. Los primeros días realizando pequeños tramos para facilitar la recuperación del caballo. Desafío y José Luis siguieron avanzando al ritmo más adecuado para Desafío parando varios días cuando era necesario, hasta llegar a Santiago de Compostela. Ya en Santiago, José Mato les llevos de nuevo a Palas del Rey donde estuvieron hasta la plena recuperación del caballo. También le regaló una capa con la Cruz de Santiago. Su perro Fusco les acampañó en todo momento. 

Ligero de equipaje

José Luis viaja, como el poeta, viaje ligero de equipaje: un saco, una loneta que hace las veces de tienda, ropa, medicinas para Desafío y para él, y poco más. “Aunque Nacho y Luis Miguel Molina y Toni Casetas me dijeron que me sobraban cosas”. El caballo va herrado y con dos vidias en cada mano. 

[Img #5061]“Cuando vas en peregrinación, a mí me gusta seguir el Camino y, si pasa por el centro de la ciudad, también, aunque cada vez sea más difícil, porque los pavimentos de los cascos históricos suelen resbalar”. Y recuerda que el Camino de Santiago, desde siempre, pasa junto a iglesias y catedrales. “Yo he cruzado a caballo por los centros históricos de Salamanca, Zamora, Santiago, Ávila, Toledo, Valencia… no por capricho sino porque el Camino los cruza, del mismo modo que pasas por delante de las iglesias de cada pueblo”. En esta ocasión, como siguió el camino Lebaniego, pasó por la Puerta del Perdón en Santo Toribio de Liébana, que celebra su año jubilar. 

[Img #5049]El viajero comenta que vivimos una época donde complicamos innecesariamente las cosas y dice que lo políticamente correcto y los tópicos muchas veces nos impiden ver la realidad. “El significado de la palabra verdad, en su origen griego, era quitar los velos que cubren la realidad y hay mucha gente que funciona con el velo. Un día me confundió una chica cuando me pregunto si era andaluz. Le dije que por qué pensaba que era andaluz y me dijo que ‘porque iba a caballo’.” 

Durante la parada técnica en Asturias, fueron a visitarle Luis Miguel Molina y Juan Manuel Álvarez, impulsor de la FEJAE (Federación Española de Jinetes y Asociaciones Ecuestres), que está dando sus primeros pasos con una excelente acogida. “Son dos personas extraordinarias, me trajeron pienso y antibióticos y vitaminas para Desafío, que tenía una herida en un casco”.

[Img #5051]Bienestar del caballo 

José Luis es un apasionado de la doma vaquera, que considera la más completa y recomienda los libro “Aprendiz de la doma española. Memorias de un caballista,” y  “La estirpe de mis caballos” de Paco Duarte Casilda

Viaja “preguntando mucho, soy de la vieja escuela ¿El móvil? "He empezado a usarlo más este año, gracias a un peregrino, Álvaro, de Málaga, que le descubrió utilidades que desconocía, pero no soy de los que les gusta mucho. Mi principal objetivo es que el caballo esté bien, que coma bien, que descanse… Él tiene que estar en el mejor sitio y luego yo ya me apaño. Desafío es un caballo entero, pero es muy sensato y no da problemas cuando le dejo atado. También tenemos un vínculo fuerte y sabe que estando conmigo está seguro”.

[Img #5060]Recuerda que haciendo la Ruta de la Vía de la Plata, “que recorre el mayor parque de biodiversidad de Europa, que se mantiene casi intacto gracias al ganado bravo y, en menor escala el porcino, el ovino, el caprino y el equino, el camino les llevó por una finca donde había una piara de cerdos y “mientras yo los grababa con el móvil, porque nunca antes había visto tantos cerdos juntos, el caballo se paró y ni para adelante ni para atrás”. 

“Yo no quería discutir con él, porque vamos solos y había que evitar problemas, pero me di cuenta de que hacía un movimiento de orejas no había observado antes. Y, entonces, me puse a mirar y vi que el camino que llevábamos no era el correcto. Nos habíamos desviado bastante y el seguía sin querer moverse.  Entendí que el caballo me estaba diciendo algo que yo no entendía y decidí soltar las riendas a ver qué pasaba. Desafío hizo un círculo enorme y llegó al punto donde yo me había perdido. Yo me emocioné, me bajé del caballo, lo abracé y lloré como un niño. Se lo comenté a mis amigos veterinarios y uno me dijo que los caballos, como otros animales, hacen mapas magnéticos que les permiten reconocer el recorrido y  orientarse. Recordé cómo antiguamente a los borricos que llevaban la leche se les soltaba y ellos solos hacían el camino”. 

El viajero nos cuenta una historia que refuerza esta capacidad de los équidos.  En la Guerra Civil en los dos bandos se requisaban los animales de trabajo en el campo para usarles en la contienda. Cuando terminó, los agricultores que pudieron fueron por los mercados de burros, mulos y caballo a reponer lo que habían perdido. “Uno de ellos reconoció como suyo a un macho y se lo dijo al tratante. Tras una tira y afloja, el tratante aceptó la propuesta del agricultor. Llevarían el macho al abrevadero del pueblo y si el mulo, después de beber, marchaba a casa del agricultor es que era suyo y, si no, se lo compraba. Lo hicieron y el macho regresó a la que había sido su casa.”

José Luis recuerda otra ocasión donde su caballo se quedó inmóvil. “Siguiendo la Vía de la Plata llegamos a Zamora y pasábamos por la Sierra de la Culebra. Yo iba a pie y de repente el caballo se quedó bloqueado. Le miro a ver qué pasa, qué me quiere decir. Miro hacia donde apunta sus orejas y, a lo lejos, veo que hay un lobo. Afortunadamente  debió pensar que éramos carne dura, se dio la vuelta y se fue”.

[Img #5062]

Desafío y José Luis dan las gracias a todas las personas que de forma altruista hicieron posible cumplir estos sueños, entre ellos recuerda a Camino, la alcaldesa de Mansilla de las Mulas, a Zoilo de Potes, Poli de Salamanca, Alex, herreador de Oviedo, Ricardo de Campiello, y Tono, de los Tánagos… ejemplos de una lista interminable de buenas personas y agradece al Santo Apostol Santiago, a Santo Toribio de Liébana y a la vida haber podido acabar felizmente esta aventura.

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