Cerramos la serie dedicada a la Ruta -Entre Dos Mares, de Valencia a Castro Urdiales por Caminos de Herradura- trazada por Vicente Nuez. Una vía de comunicación -dice su autor- para todos los amantes del senderismo ecuestre, para que la concordia y la amistad viajen entre los dos mares compartiendo la pasión por la naturaleza y el caballo”. 32 jornadas y 885 kilómetros que transcurren en su mayoría por lo que hoy se conoce como la España Vaciada, tierras, lugares y paisanos herederos de un pasado glorioso que se remonta a la prehistoria visible hoy en sus ciudades y pueblos monumentales, su naturaleza, su patrimonio cultural, tradiciones y gastronomía. Una ruta que se puede hacer de una vez o por tramos que figura ya entre los grandes recorridos a caballo de nuestro país.
La generosidad de Vicente nos ha permitido ir desgranado etapas de la ruta, a la que ha añadido nuevos ramales que, en su conjunto suman casi 3.000 kilómetros de caminos de herradura. Su objetivo es animar a otros “senderistas a caballo” a disfrutar de estos caminos, sin miedo a perderse o a equivocarse, descargando los tracks de las rutas en su GPS o smart phone y resolviendo sus dudas si fuera necesario.
Jornada 30: De Villasante de Montija a Lanzas Agudas - 33.64 Km.
Siguiendo los consejos de Luisma, desde su yeguada los viajeros se dirigen al lecho seco del río Cerneja para subir hasta Quintanilla Sopeña donde toman una senda paralela al río en dirección a Bercedo pasando bajo el puente de la CL-629.
A la salida del pueblo pasan bajo las vías del tren y luego vadean el río Cerneja en dirección a Agüera donde abrevaron los caballos antes de iniciar el ascenso a los Montes de Ordunte por la Sierra de Zalama para salvar los más de 600 metros de altitud que les esperaban en los próximos 5 km de ruta.
Traspasan una portera e inician la subida por los Carrasquíos hasta la Naviciada donde hacen un ligero descanso admirando el valle que dejan a nuestra espalda. Un grupo de buitres compite con ellos tratando de ganar altura. Estaban ya a 950 metros de altitud, y ahora tocaba el último esfuerzo con los desniveles más fuertes. El grupo sigue por La Calzada y Canto Blanco hasta coronar la cima del Pico Zalama a 1343 metos de altitud. Las vistas son espectaculares, a sus pies por el Norte el Valle de Carranza del Pais Vasco y al Sur el Valle de Mena en Burgos.
Los viajeros prosiguen por la cuerda de los Montes de Ordunte en dirección al Pico La Mana disfrutando del paisaje y de los potros y yeguas que por allí pastaban. Al llegar al collado el tiempo cambio de repente, en unos minutos la niebla envuelve al grupo ascendiendo por la ladera Norte. La senda es muy confusa pues el ganado que por allí pastaba tiene abiertos mil senderos.
Poco a poco llos viajeros vcan bajando entre los grupos de vacas que les miraban sorprendidas cuando la densa niebla les dejaba verlas. Llegan a un camino bien marcado en Las Juncianas que siguen en dirección al Pico del Mirón y Peñahorada donde paran junto al abrevadero para tomar un bocado. El espectaculo es impresionante, grupos de vacas con sus terneros pastando por las laderas y grupos de caballos, yeguas y potros correteando por las colinas.
Tras el decanso, el grupo reinicia la marcha sin perdida de tiempo pues apenas estaban en el ecuador de la jornada. Giran hacia el Oeste por Arganeda hacia Peñalta entre grupos de potros y yeguas, atentos a las reacciones del semental, la niebla seguía obstinada en acompañarles, cruzan una portera y siguen cresteando por el Campo del Pozo hacia Santipiñia, impresionados de la profunda depresión del Hoyo que se abría a sus ojos con fuertes pendientes por las que tenían que salvar los 800 metros de desnivel hasta llegar a su destino.
Serpenteando, bajan por buena pista bajo un frondoso bosque de hayas hasta Las Fuentucas, giran en dirección Este hacia las Peñucas del Medio disfrutando de las cascadas de agua que se precipitaban hacia el valle en cada uno de los pliegues de la montaña. Por Las Tolenas inician la bajada hacia el río Peñaranda, por la pista que lo acompaña por la margen derecha recorren el último tramo de esta jornada que les s llevó hasta el minusculo pueblo de Lanzas Agudas en pleno corazón del Valle de Carrantza en el Pais Vasco, donde los caballos disfrutaron de un jugoso pasto y los viajeros de su rica gastronomía.
Jornada 31: De Lanzas Agudas a La Reneja
El día amanece con la niebla cubriendo el valle, la jornada no es larga pero la mayor dificultad para llos viajeros está en los primeros 7 km para superar un desnivel de 675 metros por senda hasta alcanzar el Portillo de Brena. El grupo s elo toma con calma, desayuna tranquilamente, se toma un segundo café dejando que la niebla abandonara las cumbres.
Finalmente, salen de Lanzas Agudas dirección Sur por el camino de Hornes, pasando un par de porteras que controlan el ganado que pasta en las laderas de la Cima Haitza. Pronto dejamos el camino para ir ascendiendo por la senda que recorre Las Cortadas, la niebla ha ido desapareciendo y disfrutan de unas vistas espectaculares. Marchan en el fila india -la senda no permite otra opción- por las faldas de la montaña, muy empinadas, y hay que ir superando pendientes del 30%.
De cuando en cuando los jinetes dan un respiro a las monturas que, poco a poco, lle llevan hasta el Portillo de Brena, a 949 metros de altitud. Luce un sol explendido y pueden disfrutar del espectaculo de tonos verdes que les rodea. Vuelven a estar en la frontera del Pais Vasco con Castilla que conforma la cuerda de los Montes de Ordunte. Ahora toman dirección Este por el Balguerri hacia el Pico del Ilso de Pedranzo a 1043 metros de altitud, allí toman una senda bajo la espesura de un frondoso bosque en dirección a la Maza de Pando. Siguen por la cuerda a través del Campo del Avellano hacia el Burgüeño a 1044 metros de altitud donde deciden hacer un descanso.
Al reanudar la marcha uno de los caballos se arranco una herradura y tuvimos que recomponerla. Resuelta la eventualidad siguen hacia Cerro Cuchillo girando por el Terrero hacia el Kolitza, monte bocinero a 883 metros de altitud donde se asienta la Ermita de San Sebastian. Allí sopla el viento y la niebla hace acto de presencia. Tras un breve descanso, ya que la climatología no invitaba, siguen ruta por la ladera del Cinto a través de una senda estrecha que desciende zigzagueando durante 2 km hasta la Cruz de las Ánimas. Allí toman una pista que acompaña el descenso del río Kolitza para cruzarlo en Los Picudos siguiendo ahora su descenso por su margen izquierdo a cruzar las vías del tren de Traslaviña para llegar en breve a La Reneja donde hacen noche.
Jornada 32 : De La Reneja a Mioño (Castro Urdiales) - 24.35 km
Salimos de La Reneja y tras dos intentos fallidos de seguir la ruta prevista volvimos sobre nuestros pasos del día anterior a cruzar el paso canadiense tras las vías del tren de los Arcentales para tomar una pista por Los Picudos bajo el Pico Miguel en dirección Norte.
Volvimos a cruzar las vías del tren y un poco más adelante la BI-630 en dirección al caserío de Tueche, pasamos por una zona de picnic junto a la Ermita y nos sorprendió las cercas a uno y otro lado del camino con caballos de silla, seguimos hacia Alisedo y luego cruzamos la BI-4613 metiendonos por una senda que conecta con el camino del Risquero en dirección al Somo.
La niebla poco a poco fue haciendo acto de presencia y venía cargada con un chirimiri que nos obligo a sacar la ropa de abrigo, los caballos abrevaron en la Campa de la Muela y suavemente fuimos ascendiendo hasta el Betayo a 678 metros de altitud, frontera del Pais Vasco con Cantabría, seguimos por la cuerda hacia Tornos de Gomalo y desde allí iniciamos el descenso por Trespiquillos.
Las alambradas y plantaciones de eucaplitus nos variaron de nuevo la ruta prevista hasta enlazarla de nuevo en el Collado de la Haya, allí decidimos darnos un descanso y comer algo, iniciamos de nuevo la marcha ascendiendo por El Haya una pendiente durísima que obligaba a los caballos a emplearse a fondo, la pendiente tenía un 30% de desnivel, superado el ascenso el descenso era todavía más dificil pues a la fuerte pendiente se le añadió un suelo humedo y resbaladizo con piedras gordas ocultas bajo la ojarasca que nos hicieron temer por una lesión o caida de los caballos.
Optamos por desandar el camino hasta el punto de descanso donde enlazamos con una pista forestal que se adentraba en el Valle de Otañes dirección Norte cresteando hasta la población donde decidimos tomar unas cervezas bien frias antes de seguir por la Vía Verde de Traslaviña hacia Santullán donde cruzamos por la A-8 por el puente de la S-502 para llegar a Lusa.
Cruzamos denuevo la A-8 por un tunel hacia las minas de Camposquerra, nuevamente volvimos a cruzar la A-8 por otro tunel que nos conectaba con las primeras casas de Mioño, cruzamos la N-634 y tomamos una senda que nos llevó hasta la misma playa de Dicido en Castro Urdiales bañado por las aguas del mar Cantábrico.
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