Francisco Ortiz es un viajero de largos recorridos a caballo. Le gustan los grandes desafíos. En 2013 hermanó dos grandes parques naturales, Doñana y la Camarga y lo hizo a lomos de Manguara. En total recorrió 1.700 kilómetros a caballo en solitario en setenta días. También vinculó los humedales de Doñana con los del Delta del Ebro en un viaje que duró cuarenta días con su fiel Manguara. Su última aventura, este año, siempre con Manguara, nos ha abierto una nueva ruta, la de Elio Antonio de Nebrija, la “Ruta Nebrisense” que Paco quiere fijar y dar continuidad, enriqueciendo la vida y la economía de las localidades por las que transcurre, desde Lebrija a Alcalá de Henares.
¿Cómo llegas al mundo del caballo?
Desde pequeño me gustan los caballos. Recuerdo que todos los veranos los pasaba en Rota (lugar de nacimiento de mi madre), y allí había caballos para alquilar a los americanos de la Base Naval. Mis primos, que eran roteños, conocían al dueño del picadero y nos lo alquilaban a un precio más económico, para que fogueáramos los caballos por las dunas de la playa. Pero no fue hasta 1990 cuando me compre mi primer caballo. Era una magnifica yegua anglo-árabe del hierro del filete, preciosa y muy resistente. Se llamaba Farida.
¿Qué disciplinas te han interesado y practicado?
Con esta yegua empecé a entrenar para raid. Farida era muy buena para esta disciplina. Me divertia mucho con ella. Pero yo tenía en ese momento dos despachos de abogado, en Sevilla y en Madrid, así que no podía entrenar lo suficiente para poder competir.
¿Con qué frecuencia montas?
Monto diariamente, me lo paso bien y, además, me sirve para desconectar de los problemas diarios. El caballo tiene una capacidad extraordinaria para absorber las tensiones estresantes de la vida actual. Si montas, siquiera sea una hora, te quedas relajado, como nuevo. Ante dedicaba dos o tres horas diarias, ahora, desde que terminé mi última ruta larga, la de Elio Antonio de Nebrija, de 1.200 kilómetros, he dejado descansar a mi caballo, Manguara, y sólo monto una hora diaria, excepto los fines de semana que monto tres o cuatro horas. Es un desfrute indescriptible.
¿Qué te lleva al mundo de las rutas?
Mi primera ruta de largo recorrido la hice para animar las relaciones entre dos parques cuyo hermanamiento yo propicié en 2008. Los dos parques son el de Doñana (España) y el de Camarga (Francia). En 2013 vi que era necesario hacer algo para fortalecer los lazos fraternales entre ambos parques. Así que, decidí unirlos, simbólicamente, con una ruta a caballo, trazada tan rectamente como el vuelo de los pájaros que emigran de uno a otro parque. Ha sido la experiencia de viaje más bonita de mi vida.
Las rutas a caballo proporcionan muchas satisfacciones que, al menos para mí, no pueden sentirse en otras disciplinas. La convivencia con mi caballo durante muchos días seguidos, en un entorno de naturaleza, donde parece que el tiempo no existe, me hace sentir una emociones formidables; mi caballo y yo estamos unido por no sé muy bien que vínculos, pero sin duda, un vínculo tan mágico que es difícil de describir con palabras. La paz que se siente cuando estás en armonía con el caballo no la he experimentado en ninguna otra circunstancia. Es algo maravilloso. Esto yo no lo cambiaría por ningún trofeo de otras disciplinas. .
¿Cual fue tu primera gran ruta?
Mi primera ruta fue en 2013, como he dicho, para unir los parques de Doñana (España) y Camarga (Francia). Ese periplo duró 76 días. Recorrimos, Manguara y yo, los dos solos, 1.700 kilómetros, desde Villamanrique de la Condesa hasta Saintes Maries de la Mer, dos pueblos emblemáticos de ambos parques, los cuales tuve el honor de hermanar en 2003. Cuando llegamos a Saintes Maries, en reconocimiento del esfuerzo realizado, nos nombraron, a Manguara y a mí, ciudadanos de honor. Estoy muy contento de que haya personas que han reconocido el mérito de mi caballo al mismo nivel que el mío.
¿Viajar a caballo no es fácil, más cuando se hace sólo, que recomendarías a los aficionados que quieren iniciarse?
Es cierto que no es fácil hacer rutas de largo recorrido, pero ¿alguien ha hecho algo realmente importante sin esfuerzo? Lo primero que yo tuve que hacer es eliminar de mi mente las quimeras que la sociedad actual nos hace creer. Todos estamos acostumbrados hoy a lo fácil y rápido. Si buscar algo, internet te lo enseña cómodamente; si quieres viajar, el coche o el avión te lleva, en pocas horas, a lugares lejanos; y así un largo etcétera. Lo fácil es incompatible con las sensaciones superiores y estas son las propias de viajar a caballo. Así que yo les recomiendo que, para empezar con buen pie, que se busquen una semana de buen tiempo (la lluvia es muy molesta) y que hagan una ruta intima, con pocos acompañantes, para sentir las emociones que transmite un caballo que, sintiendo la libertad de la naturaleza, se une íntimamente a su jinete con el sentimiento más puro de lealtad. Esa entrega, casi absoluta, proporciona sensaciones tan fuertes que la siguiente ruta se procurará que sea del doble de tiempo.
¿De todas tus rutas cuál es tu favorita?
Realmente, cualquier ruta a caballo te deja muchos recuerdos de vivencias extraordinarias. Las tres rutas más largas que he realizado son: una de 76 días, hasta Francia, otra de 40 días, desde Doñana hasta la desembocadura del Ebro y, la última, de 29 días para recorrer 1.200 km, desde Lebrija a Alcalá de Henares, pasando por Extremadura y Salamanca. Todas han sido formidables, pero mi favorita es la primera.
¿Cuál ha sido tu mejor momento?
Cuando la Junta de Andalucía me nombro para ir en 2014 a un congreso de los Parques Naturales Humedales del Mediterráneo, para defender una propuesta conjunta de los parques de Camarga y Doñana, para la creación de la ruta ecuestre desde Doñana al Delta del Po, pasando por el parque de La Albufera, el del Delta del Ebro y Camarga. Esta ruta se ha realizado y está trazada, desde Doñana hasta Camarga. Deseo que algún día cumpla con lo acordado y hagamos la etapa final, hasta el parque del Delta del Po (Italia).
¿Y el peor?
En la ruta que hice en 2013, atravesando los Pirineos, cuando descendía un sendero, con mucha pendiente, que se llama “Camino de los Maquis”, mi caballo metió la pata trasera izquierda en un agujero profundo y estrecho. No podía sacar el casco del agujero y empezó a forcejear, haciendo un ruido tremendo. Con mucha paciencia, conseguí que el caballo reculara hacia arriba y, al sacarle la pata del agujero el caballo se la llevó a la barriga. Yo pensé que se la había roto. Estuve más de 15 minutos masajeando la pata, que no podía ponerla en el suelo, y llorando, porque pensaba en lo peor. Por fortuna, pasado ese rato, el caballo apoyó la pata y entonces lloré de alegría.
¡Cuáles son las principales dificultades que has tenido que superar como viajero'
Las dificultades principales en España, en mi opinión, son los escasos alojamientos que hay para el caballo. Cualquier otro problema que se presente en los caminos corresponde resolverlo al jinete y, superarlos, supone una sensación de satisfacción enorme, porque te da un subidón de autoestima, ya que lo has resuelto tu, sin ayudas, sin internet, ¡tu, solo! Esto forma parte del encanto de viajar a caballo. Pero, terminar una etapa y no tener sitio para que descanse tu caballo eso es un problema, pero casi siempre se soluciona. No obstante, España, “el país de los caballos”, debería tener ya una red de posadas ecuestres, como hay en muchos lugares de Europa. El turismo ecuestre es muy rentable y hay subvenciones para desarrollar las rutas ecuestres. Pongamos los aficionados mano a la obra y pidamos los ayuntamientos esos alojamientos.
¿Cómo preparas tus viajes?
Un viaje de una semana no exige mucha preparación, pero una cabalgata de un mes sí. Las que son aún más largas, exige mucha preparación física y mental, tanto del caballo como del jinete. Como ejemplo diré que la ruta de 1700 km me costó 9 meses de preparación, dedicando un mínimo de 5 horas diarias a ello. En mi vida estuve tan ágil y resistente como entonces. ¡Qué sensación de bienestar más maravillosa!
¿Cómo resuelves cuestiones cotidianas como la alimentación del caballo, su alojamiento, el herraje?
Un viaje largo necesita una buena logística. Si no llevas otro caballo con lo necesario, debes tener alguien que te ayude, porque el pienso debe ser siempre el mismo. El heno no siempre se encuentra, por eso hay que parar muchas veces en el camino para que el caballo coma pasto. Estas paradas son muy satisfactorias y el caballo las agradece y te recompensa mostrándose alegre y dispuesto a dártelo todo. El alojamiento es el mayor problema, pero siempre he encontrado solución. He tenido suerte. En cuanto al herraje, mi experiencia es que siempre hay, en uno o dos días, una solución, si no se tienen herraduras de repuesto.
¿España es un país amigable para el viajero a caballo?
Es un país formidable para viajar a caballo. España tiene muchas historias que pueden ser recordadas a lomos de un caballo. En nuestro país tenemos más de 125.000 kilómetros de vías pecuarias por donde disfrutar de paisajes magníficos y encontrar a personas amables y hospitalaria. Si te gusta la naturaleza, la historia, el deporte y una pizca de aventura, viajar a caballo es la opción perfecta para conocer España.
Conoces bien Francia ¿qué debemos aprender de ella para fomentar la práctica ecuestre y los viajes a caballo?
Creo que España tiene muchas y muy buenas condiciones para practicar la equitación casi todos los días del año. Sin embargo, en mi modesta opinión, se monta muy poco. Francia tiene una gran afición y una Federación de Hípica que ha promocionado y apoya casi todas las actividades ecuestres. Pienso que la equitación es considerada en Francia no sólo como un deporte, sino como parte de las tradiciones que hay que conservar y una forma de disfrute al aire libre y no contaminante. Todos esos elementos hacen que allí sea una actividad muy popular, mientras que aquí sólo sacamos el caballo al campo en las romerías.
Cuando pensamos en viajeros a caballo siempre nos vienen a la mente personas de fuera. Otro tanto ocurre con las rutas que se organizan en España, donde la mayoría de los jinetes y amazonas son extranjeros. ¿Cómo explicas este desinterés de los españoles? ¿Qué hacemos mal para que el turismo a caballo no sea una gran realidad en España?.
No conozco la respuesta a esta cuestión. Ofrezco un dato constatable: en Inglaterra hay dos millones y medio de federados a la equitación, en Alemania dos millones, en Francia hay más de un millón, pero en España no llega a cien mil. En esos países el frio, la lluvia y el viento hacen imposible viajar a caballo más de 200 días al año, pero en España tenemos una media de casi 300 días con sol. No sé qué pasa, pero si sé lo que nos estamos perdiendo….
Cuéntanos algo de tu última gran ruta, el Camino Nebrisense ¿Cómo nace el proyecto? ¿en qué fase se encuentra? ¿se incorporará al catálogo de caminos históricos? ¿Qué destacarías de la ruta?
Desde hace tiempo, soy presidente de una asociación cultural que se llama “EQUA, pasión por el caballo”. El año 2022 se conmemora el quinto centenario del padre de la gramática española, Elio Antonio de Nebrija. Este sabio humanista nació en Lebrija (Sevilla), pero recorrió muchos lugares de España, entre otras cosas, porque, siendo cronista de los Reyes Católicos, debía acompañarlos en sus viajes por España. Nuestra asociación ha querido rendir nuestro modesto tributo al humanista andaluz, haciendo una ruta a caballo desde su pueblo natal hasta el lugar donde están sus cenizas, Alcalá de Henares, pasando por Salamanca, donde ejerció catedra, y por todos los pueblos donde el sabio estuvo en algunos momentos de su vida. Este viaje, que lo hemos hecho tres amigos, ha sido un magnifico compendio de conocimientos culturales, de descubrimientos paisajísticos y gastronómicos. Una oportunidad para conocer a personas Hemos conocido a personas ambles y hospitalarias, a aficionados al caballo que nos han prestado sus cuadras y nos han dado su calor humano. Y, sobre todo hemos vivido con nuestros caballos 29 maravillosos dias, pasando por calzadas y puentes romanos, entrando en ciudades amuralladas que nos transportaban varios siglos atrás, recorriendo parques naturales y vías pecuarias, y mucho más siguiendo la huella del maestro humanista que nos ha guado.
Un último consejo a los aficionados.
Viajemos a caballo y disfrutemos de todo lo que este bello y poderoso animal ha dado a la humanidad, durante miles y miles de años. Viaja a caballo si te gusta ser y sentirte libre, vivir aventuras, experimentar emociones, sentir de cerca la lealtad y nobleza de un ser cuyas cualidades ha sido objeto de admiración para la humanidad en todos los tiempos.
Francisco Rivero | Martes, 06 de Diciembre de 2022 a las 10:25:20 horas
Una gran labor hace Paco Ortiz recorriendo España a caballo, creando nuevas rutas como la de Nebrija. Muchas felicidades, Paco. Un saludo de Francisco Rivero, cronista oficial de las Brozas, Cáceres, lugar donde vivió Nebrija con toda si familia y aún se conserva su casa.
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